Dejad que los niños vengan a mi


Vivimos en un mundo donde los niños y los jóvenes son muy perjudicados. Viven en un mundo lleno de peligros, los cuales es preciso alertar. La mejor forma para que el niño crezca sano mental y psicológicamente es que ya desde pequeño tenga una buena educación moral. Para ello, la Iglesia debe enfocar y ampliar los esfuerzos en acoger a los niños y a los jóvenes. Ofrecerles alternativas, ofrecerles alicientes. Es bueno reunirse en la Iglesia a escuchar la Palabra de Dios, a rezar juntos, a compartir, a tener ratos de comunión. Si eres joven, y estás cansado de lo que el mundo te ofrece, te invito a acercarte a tu Parroquia. Pregunta allí sin temor, si existe algún grupo de jóvenes e intégrate en el. Vive la fe en Jesucristo cada día, y si aún no le conoces, o incluso no estás seguro o no crees, te invito a probarte a ti mismo/a. En Jesucristo encontrarás la solución y respuestas a los interrogantes que tienes.

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