LA VIDA Y LA MUERTE - Día de los fieles difuntos
Estando haciendo la oración de Laudes esta mañana me vino la siguiente inspiración: escribe sobre la vida y la muerte. Y eso haré. Música de canto gregoriano de fondo.
Todo ser que nace, un día tendrá que pasar por la muerte. Ni tuvimos nada que ver en nuestro nacimiento, ni lo tendremos en la muerte, salvo situaciones provocadas voluntariamente.
Nuestros padre pusieron de su parte lo que tenían, y de allí nacimos nosotros, y a ellos les pasó lo mismo, pero al primer ser no se le pudo hacer nacer igual porque no existían otros primero.
Igual que el nacer no lo elegimos nosotros, el morir si no es voluntario, tampoco. La gran mayoría diría que no elige el momento de su muerte, porque entiendo que salvo casos desesperados, nadie en su juicio, quiere pasar por la muerte, a menos que vivas en la fe de Jesucristo. En ese caso, tu pensamiento podría llegar a estar divivido, como le ocurrió a San Pablo, y al final probablemente te inclinarías a pensar que mejor sería quedar aquí por amor a los de aquí.
En algunos casos, pienso que se sufre más pensando en el dolor de los de aquí si te vas, que en tu propio dolor, porque si tienes fe, sabes que Dios te salvará, y crees en sus promesas.
Volveré a hablar de la muerte: esta no llega normalmente con aviso, como el nacer tampoco nos llegó con aviso. Por eso dice sabiamente el Evangelio, que tenemos que estar siempre preparados, porque no sabemos el día ni la hora, ni el momento, ni como sucederá.
Nada de esto depende de nosotros. Por más que nos afanemos en controlar, es inútil. Nadie escapa de la muerte, y nadie tiene poder para alargar su vida, aunque a veces nos engañemos a nosotros mismos creyendo que si. Os lo explicaré:
un niño muere porque salió una enfermedad incurable. Su edad no le salvó.
Un viejo piensa que tal vez no verá la luz del día mañana, y luego lo ve y da gracias a Dios si tiene fe.
Una persona piensa que como se cuida su salud, eso le garantizará años, y un día tiene un accidente y ¿le salvará el haberse cuidado?
Otra persona no se cuida o es mala, y puede cumplir años, y se buscará alguna excusa para entender, pero no podemos entender.
Una persona es buena y llega a su vejez, y otra que también es buena no llega a su vejez. Buscamos una excusa para entender, pero no podemos entender.
Y así podría dar más ejemplos. Y la conclusión es esta:
Cuidarse es bueno, pero mejor es tener temor de Dios y vivir con el alma preparada.
La prudencia es buena, pero no garantiza cumplir 100 años.
Meditar y pensar que es la vida. En que consiste. Cual es su misión y su objetivo. Que quiere de nosotros la vida y quién nos la dio y a quien retornará.
Todo ser que nace, un día tendrá que pasar por la muerte. Ni tuvimos nada que ver en nuestro nacimiento, ni lo tendremos en la muerte, salvo situaciones provocadas voluntariamente.
Nuestros padre pusieron de su parte lo que tenían, y de allí nacimos nosotros, y a ellos les pasó lo mismo, pero al primer ser no se le pudo hacer nacer igual porque no existían otros primero.
Igual que el nacer no lo elegimos nosotros, el morir si no es voluntario, tampoco. La gran mayoría diría que no elige el momento de su muerte, porque entiendo que salvo casos desesperados, nadie en su juicio, quiere pasar por la muerte, a menos que vivas en la fe de Jesucristo. En ese caso, tu pensamiento podría llegar a estar divivido, como le ocurrió a San Pablo, y al final probablemente te inclinarías a pensar que mejor sería quedar aquí por amor a los de aquí.
En algunos casos, pienso que se sufre más pensando en el dolor de los de aquí si te vas, que en tu propio dolor, porque si tienes fe, sabes que Dios te salvará, y crees en sus promesas.
Volveré a hablar de la muerte: esta no llega normalmente con aviso, como el nacer tampoco nos llegó con aviso. Por eso dice sabiamente el Evangelio, que tenemos que estar siempre preparados, porque no sabemos el día ni la hora, ni el momento, ni como sucederá.
Nada de esto depende de nosotros. Por más que nos afanemos en controlar, es inútil. Nadie escapa de la muerte, y nadie tiene poder para alargar su vida, aunque a veces nos engañemos a nosotros mismos creyendo que si. Os lo explicaré:
un niño muere porque salió una enfermedad incurable. Su edad no le salvó.
Un viejo piensa que tal vez no verá la luz del día mañana, y luego lo ve y da gracias a Dios si tiene fe.
Una persona piensa que como se cuida su salud, eso le garantizará años, y un día tiene un accidente y ¿le salvará el haberse cuidado?
Otra persona no se cuida o es mala, y puede cumplir años, y se buscará alguna excusa para entender, pero no podemos entender.
Una persona es buena y llega a su vejez, y otra que también es buena no llega a su vejez. Buscamos una excusa para entender, pero no podemos entender.
Y así podría dar más ejemplos. Y la conclusión es esta:
Cuidarse es bueno, pero mejor es tener temor de Dios y vivir con el alma preparada.
La prudencia es buena, pero no garantiza cumplir 100 años.
Meditar y pensar que es la vida. En que consiste. Cual es su misión y su objetivo. Que quiere de nosotros la vida y quién nos la dio y a quien retornará.
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