Hacer lo malo y defenderlo

¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! (Isaías 5,20)
Pues si. ¡Ay!, ya lo dijo el profeta Isaías. Porque al fin y al cabo hacer el mal y no reconocerlo es una insensatez. Pero el ser humano tiene a veces estas cosas, lo vemos a diario. Hoy lo he visto de manera muy clara en la televisión, donde una madre trataba de defender a su hijo que ha sido detenido ya 27 veces al parecer, y la última por un acto violento contra otra persona en plena calle. Según la madre, el muchacho es un "buen muchacho", "honrado" y "trabajador", sin embargo sus hechos hablan de que el muchacho es una persona violenta como poco.

Hacer el mal crea sufrimiento, crea tensiones, crea violencia. La ira engendra violencias y homicidios.

Existe una solución: Debemos arrepentirnos de nuestro pecado, y aceptar que Jesucristo es el Salvador del Mundo, y volver nuestros pensamientos y nuestro rostro hacia Dios.

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